La Catedral de Granada se ubica en la Plaza de las Pasiegas, en pleno centro de Granada, fue diseñada por Enrique Egas en 1506 con planta gótica, pero la ídea fue rápidamente abandonada en favor del proyecto de Diego de Siloé y la fachada, diseñada por Alonso Cano. La Catedral cumple perfectamente con las tres funciones encomendadas, litúrgica, conmemorativa y simbólica, lo que le convierte en un templo que asombra a sus visitantes. Su origen está relacionado con la conquista de Granada y la necesidad de dotar de una catedral a la ciudad. El proceso fue lento por razones económicas, políticas y arquitectónicas, de manera que, si bien el proyecto comenzó en 1492, no sería hasta 1523 cuando se colocara la primera piedra. Desde esa fecha hasta 1528 se siguió el proyecto de Egas para el coro, primeras capillas y contrafuertes, pero en 1528, a raiz de sus reiteradas ausencias debido a su trabajo en Toledo y porque su modelo se consideraba desfasado, se interrumpió la obra para poner en marcha el proyecto de Siloé, que cambió planta y alzado.
Diego de Siloé desarrolló el programa estructural de la Catedral al mismo tiempo que el simbólico y el estético. De este modo antes de 1531 realizaba la portada del Ecce Homo, en 1532 labraba el primer cuerpo de la portada de San Jerónimo y en 1534 se realizaba la portada de acceso a la sacristía. La profusión decorativa va aumentando conforme se van desarrollando las distintas portadas y se presenta al completo en 1537 con el de la Puerta del Perdón. A la muerte de Siloé en 1563 se hace cargo de las obras su discípulo Juan de Maeda y a éste le siguen por un breve período Lázaro de Velasco y Juan de Orea, y posteriormente Ambrosio de Vico desde 1580 hasta 1623.
Durante la dirección de este último se levanta la torre izquierda, aunque sólo se complentan sus tres primeros cuerpos pues se detectan grietas e inclinación que hacen necesario reforzar la cimentación y macizar algunos arcos. La torre derecha ni siquiera llegó a construirse, con lo que las torres soñadas por Diego de Siloé, de 81 metros de altura, nunca llegarían a ver la luz, dejando la Catedral de Granada inacabada para siempre.
La fachada principal, proyecto de Alonso Cano, se compone de tres arcos separados por estribos, que proyectan la estructura interna al exterior y que encierran múltiples paños verticales. Están atravesados a media altura y por arriba por unas cornisas que van delimitando los pisos que acogen esculturas y relieves en mármol, así como medallones (estos últimos añadidos en el siglo XVIII).
Visitar la Catedral de Granada, su Capilla Real y la Iglesia del Sagrario, es una de las actividades obligatorias cuando se viaja a Granada.
